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lunes, 3 de julio de 2017

MARK CLIFFORD (Seefeel/Disjecta) .:. Máquina Y Espíritu


Seefeel fue una de las primeras bandas de post-rock que llegaron a mis oídos allá por 1994 cuando cifraba solo 17 años. Recuerdo que el gran Correbala de Colmena me grabó en casette el "Quique" y Eduardo Lenti completó mi colección por aquel entonces con el "Polyfusia" -el recopilatorio de eps para el mercado americano. Lo de Seefeel ciertamente era algo novedoso y hasta radical. Pocos melómanos de la época, entusiasmados sí con Slowdive o My Bloody Valentine lograban compenetrarse con el sonido de Mark Clifford y cía. Sin embargo habíamos quienes, como Correbala, Lenti o quien escribe, alucinábamos harto con sus atmósferas cargadas de loops y sentimientos etéreos aislacionistas y dub. Vaya que nos proveyeron de hermosos vuelos por aquellos años en donde el grueso de melómanos ya ni siquiera prestaba oídos a My Bloody Valentine o Chapterhouse sino que se encontraban estancados en el más enfermo amor por lo refrito, el dark gothic, los dinosaurios tipo Pink Floyd o Bob Dylan, etc.

Como algunos sabrán hace una década aprox. existió en Lima una inquieta revista en papel llamada Freak Out! en donde tirios y troyanos se juntaron para aportar con lo suyo al avance de la escena. La revista dejó de existir allá por el 2009 dejando tras de sí varios números en sus 5 años de existencia. Una lástima que actualmente no exista en nuestra escena un medio que funja las veces de órgano difusor no sólo de las estrellas del sistema pero también de las propuestas más arriesgadas e innovadoras, aquellas a los que algunos solitarios recalcitrantes siempre apuntan. ¿Hay algún medio en nuestro país que pueda acercarse a equiparar en valor y dinámicas con una Mojo, una Rolling Stone, una Rock de Lux, una Wire o, mejor aún y sin ir muy lejos, una Super45 (Chile)? ¿Cuántas décadas tiene ya el rock patrio y aún no tiene un medio de comunicación -uno solamente- que le haga honor al rock alternativo y mainstream made in Perú? ¿La música finalmente importa o es solo un montón de archivos y carpetas guardadas en tu laptop que ni siquiera escuchas, una excusa para comprar qué lucir en la universidad o academia y para divertirte en fiestas o discotecass cool? ¿Conoces ese pokemon, viva Le Tongue, harto Siouxsie y Joy? 

A seguir compartimos con los más inquietos y rajados la entrevista y dossier realizado por parte del stuff de la revista Freak Out! allá por el 2004 al genial Mark Clifford (Seefeel, Disjecta). Algunos han nacido póstumamente...

Extraído de la revista "Freak Out!" año 2004

Gracias a su propuesta rompedora in extremis, Seefeel fue una de esas bandas sin las que el devenir del rock y la electrónica durante los 90s no hubieran sido lo mismo. Tras el póstumo Ch-Vox (1996), sus miembros dieron origen a una saga que, por méritos propios, merece ser tomada en cuenta (Disjecta, Scala, Sneakster, January). Recientemente, pudimos contactar vía e-mail –para alegría de todos los que hacemos esta revista- con el ex líder de la agrupación, el prolífico Mark Clifford. Aprovechando el nuevo impulso que ha tomado el sello Polyfusia Records (propiedad de Clifford), decidimos entrevistarlo y, de paso, conocer más de cerca la génesis de su actividad musical y los avatares de su consagración como soundwriter.

Entrevista: Jaime Alfaro, Wilder Gonzales Agreda y Hákim de Merv
Lost In Translation: Antonio De Saavedra



FO!: ¿Qué estuviste haciendo antes de Seefeel? ¿Hubieron otros grupos previos?
Hago música desde que tengo 14 o 15 años, mayormente en malos grupos, con compañeros de escuela. La primera experiencia con la que me sentí feliz se da a los 17 o 18. Estuve en una banda con Mark Van Hoen, quien luego grabaría como Locust. Estábamos muy influenciados por las máquinas de ritmos al estilo de Cocteau Twins, guitarras moduladas y cosas así. Fue bueno.
FO!: ¿Y existen grabaciones de ese período?
Algunos sellos discográficos se interesaron en nosotros, pero antes de concretar algo, ingresé a la universidad y eso como que lo ensombreció.
FO!: ¿Cómo contactaste a los otros miembros de Seefeel?
Fue a través de avisos en la prensa musical. Tenía demos de algo de mi música y así encontré gente que parecía interesarles, les mandé algunas cosas y esperé a escuchar sus comentarios. Sarah especialmente parecía impresionada por los demos que le envié, inicialmente ella ingresó como bajista. Daren fue el último en incorporarse. Cuando decidimos que Sarah debería cantar, tuvimos que buscar otro bajista, lo que resultó trabajoso. De hecho, nos tomó mucho tiempo antes de que Seefeel fuera una unidad completa. Es fácil en el Reino Unido encontrar gente que quiera tocar en bandas, pero yo estaba buscando individuos muy específicos. No estaba interesado en gente que pudiera tocar bien su instrumento, era más sobre sus actitudes.
FO!: ¿Tenías más o menos claro lo que buscabas con Seefeel o el concepto fue creado conjuntamente con los otros?
Creo que tenía una idea clara de lo que NO quería que sea Seefeel, pero lejos de como suene, fue realmente el hecho de lanzar un montón de ideas dentro de una piscina y mezclarlas hasta que escuchara algo interesante. Una vez que decidí qué elementos no me gustaban, fue mucho más fácil hacer cosas juntos.
FO!: ¿Compartían un mismo gusto musical o las preferencias de cada quien eran muy diferentes?
Todos teníamos puntos comunes de referencia. A todos nos gusta la corriente de bandas de “ruido de textura”, como Sonic Youth y My Bloody Valentine, pero también teníamos preferencias que eran diferentes. Justin estaba muy metido en el blues, Sarah en la música indie británica, y Daren gustaba mucho de la música alemana de los 70’s. En el tiempo en que concebimos a Seefeel, yo estaba muy adentrado en la música dub y en algo de música contemporánea sampleada.
FO!: ¿Por qué razón se desmembró Seefeel?
Fueron varias razones realmente. Por ejemplo, hacer varias giras creó demasiado stress dentro de la banda. Realmente no disfruté mucho hacer giras. Es decir, me gustaba estar en el escenario porque creo que sonábamos bien en vivo, pero los otros aspectos, como viajar de un lugar a otro y la presión antes de los conciertos y las incontables entrevistas fueron apremiantes. Además, yo estaba muy metido al mando de Seefeel y creo que los otros miembros querían expresarse por sí mismos, entonces fueron e hicieron Scala y nunca nos recuperamos de eso. Nosotros no nos hemos separado, en realidad. Sólo paramos de grabar.
FO!: ¿Obedeció a la disolución de Seefeel la salida “póstuma” del Ch-Vox?
Richard (D. James, Aphex Twin) y Grant en Rephlex nos pidieron hacer un disco para ellos un tiempo antes de que firmáramos por Warp. Convenimos en un trato por 5 álbumes con Warp, pero aún queríamos hacer el disco para Rephlex, entonces pensé que sería interesante tratar algo un poco diferente, un poco menos completo. Quique y Succour son álbumes en base a una banda. Así yo haya hecho mucho del trabajo musical, ambos tienen los elementos de una banda: guitarra, vocales, bajo, batería, etc. Ch-Vox parecía una buena oportunidad para dejar de lado el formato de grupo-para-un-álbum y hacer algo más esquelético. Nunca fue grabado como un álbum final, aunque históricamente como que eso parece.
FO!: ¿Te mantienes al habla con tus “ex” compañeros?
Ocasionalmente hablo con Daren. No he visto mucho a Sarah o Justin.
FO!: ¿Qué opiniones te merecen Scala y January?
Scala estuvo bien. Es difícil para mí hacer mayores comentarios, porque, después de todo, no estuve envuelto en esos discos, conocía a la gente bastante bien y escuché cosas antes de que fueran lanzadas. January no era realmente de mi gusto. Como dije antes, Sarah siempre fue más que nada una chica indie pop. Pienso que ella está en su elemento con January.



FO!: ¿Cómo ocurrió el contacto con Cocteau Twins para hacer las remezclas del Otherness EP?
Siempre fui un gran admirador de Cocteau Twins, y cuando grabamos como Seefeel y lanzamos nuestro primer EP en Too Pure (More Like Space), envié una copia a Elizabeth, sólo para decir gracias por toda la música que hicieron y que fue toda una inspiración. No esperé ninguna respuesta, era sólo un gesto. Pero recibí una carta de Robin (Guthrie) diciendo que le había gustado el EP y nos invitaba a encontrarnos para tomar una taza de café. Todo empezó de allí. Él me preguntó si deseaba hacer alguna trabajo de remezcla para ellos, y básicamente me llevó a un cuarto lleno con todas las cintas de estudio de Cocteau Twins y me permitió escoger cualquier canción que deseaba. Me sentí como un niño de 6 años al que le permiten tomar cuantos caramelos que se le antojen de la dulcería. Hacer esas remezclas fue un trabajo de amor para mí y todavía los considero como algo del mejor trabajo musical que he realizado.
FO!: Fue una sorpresa total encontrar algo tuyo en Delay Tambor, la colección de remixes de Silvania, encargándote de “Trilce (3Lc)”. ¿Has continuado la carrera de Silvania después de eso?
Para ser honesto, nunca había escuchado a Silvania hasta que recibí un CD a través del correo, preguntando si podría hacer una remezcla. No puedo recordar mucho de eso porque ocurrió en un tiempo de mi vida cuando todo era un poco borroso. Ocasionalmente escuché algo de ellos después y siempre sonaron bien, aunque sentí que ellos nunca llevaron las cosas hasta el límite. Pero esa es sólo mi opinión, y conozco un montón de gente como Silvania, lo que está bien.
FO!: Sabemos que tuviste contacto con Christian Galarreta de Evamuss hace años. ¿Has escuchado algún otro acto peruano aparte de Evamuss y Silvania?
No, conozco muy poco sobre Perú o su música. Estoy seguro que hay mucha música interesante en Perú. Es que el mundo es tan grande, hay tanta música que es inevitable perderse muchas cosas buenas. Pero si me dan alguna recomendación desearía conoce más. Me gustaría tocar en Perú, así podría conocer un poco más de su país.
FO!: ¿A qué inquietudes respondió el nacimiento de Disjecta?
Bueno, Disjecta comenzó en realidad por accidente. Mucho del material tempranamente compuesto para Warp eran sólo pistas que escribí cuando tenía algunas horas libres de Seefeel o cosas que hice tratando de usar el equipo de estudio. Nunca consideré eso como un disco, pero Steve en Warp escuchó algunas de esas pistas; y quiso lanzarlas y estuve de acuerdo. Fueron realmente un par de discos muy directos. No regreso a ellos mucho. Prefiero la música que estoy haciendo bajo el nombre Disjecta actualmente. Es más fuerte, con guitarras. Como hace mucho no las cogía, me siento satisfecho, feliz de volver a usarlas.
FO!: Un crítico de por aquí (Eduardo Lecca se llama el pájaro) definió el Clean Pit And Lid Pit como un Filigree & Shadow (del colectivo etéreo This Mortal Coil) orquestado por Bruce Gilbert y Graham Lewis de Wire.
Esa es una buena definición. Me gusta mucho lo que hizo Wire, en especial lo de Gilbert y Lewis, como banda y como proyectos en solitario. Ellos tienen una buena mezcla de experimentación con entramado musical.
FO!: ¿Cómo definirías Sneakster en relación con Disjecta?
Bueno, Sneakster fuimos realmente yo con mi amiga Sophie trabajando un álbum. Le soy indiferente. Está bien. Creo que me desconcierta porque me divertí al hacerlo, y devino en esta extraña cosa pop y no estuve muy cómodo con eso. Tiene carencia de espacio y ambiente, es completamente no-sónico. Pero sé que mucha gente lo disfruta.
FO!: ¿Qué clase de material ha sido editado por Polyfusia Records?
La razón por la que quise hacer mi propio sello era lanzar discos ocasionales sin la presión de tener que vender un cierto número de unidades. Todavía me siento parte de la familia Warp, pero hay mucha de mi música que ellos no lanzarían porque nos separamos musicalmente. Por ese motivo, no estuve lanzando nada de música durante algún tiempo. Entonces decidí crear un sello.
FO!: ¿Es cierto que vas a lanzar un trabajo acreditado a Seefeel junto a Aphex Twins que se mantuvo inédito?
Tengo toda clase de remezclas, versiones alternas de canciones, tomas en vivo y cosas por el estilo que Seefeel hizo, harto material inédito. Un número de sellos discográficos han pedido hacer una antología de algún modo, pero estoy bien ocupado con mi propia música por ahora. De repente algún día todo eso pueda ser lanzado, pero por ahora veo más que nada al futuro que al pasado.
FO!: ¿Cómo describirías los 3 discos que hiciste con Seefeel (sin contar con el tempranero recopilatorio Polyfusia)?
Quique llamó mucho la atención tanto de fans como de prensa. Hubo mucha expectativa con nuestro segundo álbum, y yo no quería hacer un Quique 2. Fue importante hacer algo diferente, entonces Succour surgió como el oscurísimo hermano o hermana de Quique. Además, fue grabado en un tiempo en que me sentía personalmente muy saturado por todo y creo que eso influenció en el sonido. Es un disco muy pesado comparado con Quique. Y Ch-Vox, como ya expliqué antes, es más que nada un desviación del formato de banda de nuestros dos primeros discos, pero también es un disco más confidente porque tuvo menos presión. Pienso que Ch-Vox es más cercano a Quique en ese aspecto, es menos complicado.



Seefeel -photo by Maciek Photography

ME ESCUCHÉ A MÍ MISMO EN TI

SEEFEEL

Ve y siente. De nombre inspirado en el tema “See Me Feel” del grupo Charlottes, este cuarteto inglés aperturó para la electrónica y el post rock nuevos mundos subacuáticos. Lo logró explotando esos detalles ornamentales que en los discos de la etapa clásica de la 4AD duraban segundos, convirtiéndolos en extensas jornadas a través de susurrantes elongaciones, de omnipresentes atmósferas compuestas de capas sobre capas de sonidos etéreos (herencia de los gemelos Cocteau) y técnicas de estudio (herencia de My Bloody Valentine). “El sonido de Cocteau Twins para el siglo XXI”, decía la Factory en 1996. Nunca más de acuerdo.

Integrantes: Mark Clifford, Sarah Peacock, Justin Fletcher y Daren Seymour.

DISJECTA

Programaciones sobresaturadas, mistérica observancia electrónica, autismo dance. Invocando a Scorn y a Bowery Electric, pero también al omnipresente Aphex Twin, Mark Clifford se distiende con estos ejercicios de destemplada raigambre digital. Sea conectando referencias afines (el Aphex, Oval), sea edificando piezas de una intrigante, desapacible belleza hipnótica, Disjecta le ha quitado solemnidad a la dialéctica del avant garde, y ensanchado el horizonte para la llegada del discurso del Error, aunque no participe del festín.

Único integrante conocido: Mark Clifford.

SCALA

Dulces sueños de sofocante paranoia. El lado más duro (léase industrial) del trip hop fue la herramienta de la que se valió Scala para verbalizar sus enrevesadas excursiones en el inconsciente, sus visiones como mínimo distópicas del futuro de la raza humana. Un viaje opresivamente irreal: dañino para nuestra salud mental en eso que llamamos vigilia, pero redentor para el perverso doppelganger que se agita mientras dormimos.

Integrantes: Daren Seymour, Justin Fletcher, Sarah Peacock y Mark Van Hoen.

SNEAKSTER

Seefeel goes pop. Trippy, baggy/bliss pop, ambient minimal, son alguno de los aspectos que esta nueva incursión de Clifford, al costado de Sophie Hinkley, recombinara desde un formato netamente pop. Algunas de ellas siguen a Mark desde Seefeel, mientras que otras conforman el background de la señorita Hinkley. Sneakster ha pasado a mejor vida, pero ahí está el testimonio de sus discos: ideal para aquellos que gustan de nuevos sonidos, pero cuya voracidad está condicionada por el espíritu pop.

Integrantes: Mark Clifford y Sophie Hinkley.

JANUARY

Sarah Peacock goes pop. Operando desde las coordenadas del pop artesanal, January puede ser considerado un grupo menor frente a los antecedentes de la Peacock, pero con momentos francamente mágicos. Adiós a la experimentación, a las marcianas voces suspendidas y/o sugeridas, a los oscuros paisajes artificiales. Bienvenidas la melancolía, los aires road pop, las canciones intimistas, las letras confesionales...

Integrantes: Jonny Wood, Nick Robbins, Sarah Peacock y Simon Mc Lean.





ME ESCUCHÉ A MÍ MISMO EN TI
HISTORIAS DESDE LOS OCÉANOS TOPOGRÁFICOS
Discografía De Seefeel

Polyfusia
(Too Pure, 1993/Astralwerks, 1994)

Disco de adquisición obligada, la mejor manera de empezar a familiarizarse con la obra de uno de los grupos más rompedores de la década pasada. Un tanto difícil de conseguir a estas alturas, pero vale lo que se dice su peso en oro, no lo pienses dos veces... Ah, ¿todavía estás leyendo? Bueno, entonces te cuento por qué. Polyfusia recopila los seminales –y hoy inhallables- maxis que facturó el cuarteto desde sus inicios hasta la publicación de su primer larga duración en sentido estricto, el tremendo Quique. La recopilación demuestra fehacientemente que fueron los dirigidos por Mark Clifford los primeros en hibridar de forma natural –desprejuiciada sensibilidad oceánico-empática mediante- el post rock, el dub, el ambient y la electrónica... ¡cuando la mayoría de estos géneros estaba todavía en ebullición! Quedan para el recuerdo el ímpetu bailable de “Come Alive”, las ondulantes guitarras arrastrándose sobre bases electro en “Moodswing”, el bravazo crossover estilístico de “More Like Space” y el notable ejercicio dancístico de “Plainsong” (correspondido, en onda que a la larga adoptaría digamos “Purple” de Gus Gus, por “Plainsong (Sine Bubble Embossed Dub)”).

Párrafo aparte para los remixes del ubicuo Aphex Twin. La melodía misteriosamente seductora de “Time To Find Me” (¡grande, Sarah Peacock!) es retransmitida desde las coordenadas ambientales de un entonces debutante Mr James: primero (AFX Fast Mix) escudada en el input del Selected Ambient Works 85-92 (1993) –que acercó los descubrimiento de Brian Eno a las discotecas-, y luego (AFX Slow Mix) bajo la mirada extraterrestre del Selected Ambient Works Volume 2 -editado en 1994, la música del big bang; pensemos en “(Cliffs)” o en “(Grass)”-. En ambos casos, no se pierde el nervio noir del original. ¡Score! (Hákim de Merv)

Quique
(Too Pure, 1993)

“La vanguardia de hoy será el pop del mañana” reza un viejo y conocido proverbio que hay en la música. Han pasado más de diez años desde que Seefeel lanzara Quique y, como desafiando al tiempo y a cualquier dicho, este disco sigue sonando tan avant-garde como aquel entonces. Adelantadazo. Pero, ¿qué hace tan maravillosa a esta genialidad, que la mantiene tan vigente y fresca, como recién salida del estudio en pleno siglo XXI? Mark Clifford es un visionario, alguien que gusta de experimentar mucho con sonidos sin dejar de lado lo armónico (no abusa del ruidismo), siempre buscando en el resultado final la belleza musical a través de su bienamado dub. Esos efectos guitarreros teniendo por base una electrónica llena de ritmos repetitivos que suben y bajan como las olas del mar, hacen de Quique un disco que puedes escuchar miles de veces y al que, sin embargo, siempre le encontrarás un nuevo sonido, una vía distinta por donde deslizar tus sentidos. Canciones como “Climatic Phase 3”, que funciona como un rompecabezas que se va armando conforme avanza la canción y termina por desarmarse casi en el ending de la misma; “Charlotte’s Mouth”, un viaje interminable al borde del cielo que tiene como guía la celestial voz de Sarah Peacock; “Plainsong”, que fácilmente pudo haber sido un paradigma dance de los 90s, como lo fue “Blue Monday” en los 80s, guardando las distancias por supuesto. Una invitación total al baile.

Es cierto, la música, sobre todo la electrónica, ha evolucionado mucho en estos últimos diez años. Quizás ahora se puedan hacer diez discos parecidos a éste, pero ojo, parecidos nomás. Porque igual al Quique… ¡jamás! (Jaime Alfaro)    

Live In Brussels
(Bootleg, 1994)

Certero registro en vivo de Seefeel, que circula desde hace ya algún tiempo entre alguna gente en Lima, perteneciente al tour promocional de su brillante Quique. Asistimos a un recital en el que el grupo plasma, tal cual son en estudio, los temas más representativos de aquel disco del 93. El concierto empieza con una hipnótica “Climatic Phase 3”, tocan también “Charlotte’s Mouth” y, claro, el single “Plainsong”. Si bien calculamos que hay sólo unas 70 personas entre el público, puede notarse que todos ellos están entregados al éxtasis de la música de Seefeel. Para finalizar el recital, tocan un tema del -por entonces inédito- Succour, seguramente como “encore”. Bien por los belgas, que pudieron disfrutar en su momento la genial música de este vanguardista line up inglés, y, bueno, bienaventurados los pocos peruanos que pueden, todavía, mantener una mente alejada, o elevada, gracias a ellos. (Wilder Gonzales Agreda)

Starethrough EP
(Warp, 1994)

Starethrough EP es uno de los dos eslabones (el otro es Fracture/Tied) que median entre el Quique y el Succour (1995). Está hecho con percusiones electrónicas, sí, pero no se pierde la presencia de las guitarras en ninguno de los 4 tracks de esta pequeña obra maestra. Los cortes más sobresalientes, por su extraña aura pop, son “Starethrough”, un canto de hembras alienígenas invadido por percusiones minimales, y “Spangle” que semeja un llamado para asistir a catedrales en otro planeta. Los otros dos temas, “Air-Eyes” y “Lux 1”, son más calmados y aislacionistas, con ritmos sutiles y ausencia de cualquier modalidad melódica. Toda una joyita de EP, que bien merece ser reeditada, o incluida en una posible antología de estos genios. (Wilder Gonzales Agreda)

Fracture/Tied
(Warp, 1994)

12’’ que le sirve al cuarteto para relajarse en comunión con un feeling percusivo-industrial, esta vez sí despojado de sus incandescentes guitarras (de las que, si acaso, sólo quedan atisbos). Es, por el contrario, un dub fantasmal el que reboza/retoza tanto en “Fracture” -incluida tal cual a posteriori en Succour- como en “Tied”. La brevedad de este artefacto no nos da mucha tela por cortar, así que sólo apuntaremos dos cosas. Primero, que, en retrospectiva, es válido reconceptuar a este 12’’ como un campo de pruebas para lo que sería el tremendo debut de Disjecta un año después (ver reseña respectiva). Y segundo, que “Fracture” es quizás lo más tonero que alguna vez haya hecho Seefeel. Sus connotaciones apolíneas contrastan con la ominosa fisonomía dionisiaco-onírica de “Tied”. Algo así como las dos caras de una misma moneda. (Hákim de Merv)

 

Succour
(Warp, 1995)

Tan sólo 2 años después del genial Quique, Mark Clifford y compañía crean un disco tan trasgresor e hipnotizante como aquel que los convirtió en grupo de culto en ciertos círculos. Este Succour iguala la hazaña desde el saque con una excelente pieza netamente aislacionista, “Meol”. Luego, el disco se va tornando más percusivo con la exageradamente minimal –y por ello encantadora- “Extract”. Recuerdo haberle comentado a algún amigo, cuando recién escuché esta gema, que al oírlo se me hacía inevitable imaginar a seres de otro mundo llamándome insistentemente desde algún lejano mundo, utilizando su propio lenguaje –novedoso para mí-, mientras yo me encontraba perdido en el espacio. Sin duda, este disco es una experiencia fuerte y reveladora.

A lo largo del Succour, la voz de la marciana Sarah Peacock está tratada, pero el preternatural efecto logrado se debe, en mucho, a su extrañísima vocalización. Así lo podemos comprobar en temas clásicos de la vanguardia noventera como la enervante y repetitiva “Fracture”, “Gatha” o la expresiva “When Face Was Face”. Las atmósferas neo-tribales que imperan en Succour, debido a lo minimalista de las múltiples percusiones, se ven complementadas con las pinceladas trazadas por la guitarra de Mark Clifford, quien explora al máximo las texturas, los timbres y las tonalidades de su instrumento, como sólo un post-rocker sabe hacerlo. Succour es, pues, otra de las valiosas lecciones que estos ingleses tuvieron a bien impartir en el clímax de su alucinado esplendor. (Wilder Gonzales Agreda)

 

Ch-Vox
(Rephlex, 1996)

Como parece sugerir su portada, Ch-Vox puede asimilarse como un viaje de exploración sonora hacia parajes inmateriales, oscuros y misteriosos. Un tema como “E-Hix” ilustrará dicha idea mejor que estas palabras. El último disco de Seefeel quizás sea el más difícil, el más minimalista. No lo sé. Lo cierto es que sí es el más breve (33 minutos), y que –también- resulta subyugante. Loops de interminable repetición, rítmicos a veces (“Hive”), inquietantemente apacibles en otras (“Utreat (Complete)”), actúan como soporte de las divagaciones instrumentales de Mark Clifford y sus guitarras (“Ch-Vox”), pianos y sabe Dios qué otros instrumentos. Es que casi todo, incluso las contadísimas participaciones vocales (no cantadas, ojo), ha sido objeto de procesamiento y conversión. Ch-Vox puede catalogarse como un disco de ambient, pero, teniendo en cuenta el cliché que ello representa, no sería justo someterlo a semejante encasillamiento. A diferencia de otros paradigmas del subgénero, muestra un uso funcional y no absolutista de la electrónica. Además, posee sets completos de despliegue creativo, cuya complejidad y nervio (“Net”) evidencian la presencia de manos e inteligencias musicalmente superiores a las de cualquier máquina. (Fidel M. Gutiérrez)


PESADILLAS EN SUSPENSIÓN ANIMADA
Discografía De Scala

Lips & Heaven EP
(Too Pure, 1996)

Unos Laika narcotizados. Unos Cranes afanosamente fagocitado por la electrónica. Space Age Bachelor Pad Music en ácido. Sencillamente genial este as bajo la manga de Justin Fletcher, Sarah Peacock, Daren Seymour y un ilustre invitado. Cuando empezábamos a prenderle velas a Seefeel, tres de sus cuartas partes editan, en complicidad con otro Mark (Van Hoen, de Locust), este extended que funde las resonancias factoriales de inspiración industrial-futurista, la oscura cadencia orgásmica del mejor trip hop (Massive Attack y Portishead, por supuesto), y las soñolientas texturas del exótico sonido lounge marca 50s-60s. El corto viaje empieza con “VDT”, de explícita direccionalidad trippy. “Pain And Pleasure” evoca esas fases de nocturna somnolencia en las que sabes que estás soñando vívidas fantasías y/o tortuosas alucinaciones, y no quieres despertar (los arreglos nos recuerdan un poco al maestro Juan García Esquivel). La pesadillesca “Tears” es un claro antecedente de lo que lograría Scala en Beauty Nowhere (¿cuánto le debe este excitante rollo nightmare-cool a la increíble “Enjoy” de nuestra adorada Björk?). Y “Trptych” nos regresa al estado de vigilia, en lo más rítmicamente pop ofrecido por este notable EP. Lo que se dice un auténtico crisol. (Hákim de Merv)

Beauty Nowhere
(Touch, 1997)

¿Y cómo sonaría finalmente Seefeel sin Clifford? Había mucha expectativa por escuchar el primer LP de los ex integrantes de Seefeel, que junto con el prestigioso músico electrónico Mark Van Hoen (Locust) daban pie a este proyecto llamado Scala. Y la verdad que el resultado sorprende gratamente. Beauty Nowhere es un debut más que prometedor, con una leve resaca del sonido Seefeel; pero dejando la sensación, luego de poco más de 40 minutos de oír el disco, que esta música va en busca de su propia identidad, algo que de lejos logran conseguir. Aquí como en Seefeel, la voz de la Peacock sobresale en melodías de todo calibre (“Naked”, “Torn”, “Think In Japanese”, “Heart Of Glass”), y esto se debe básicamente a que su presencia en las composiciones cobra mayor protagonismo (aparece acreditada en todos los temas). Asimismo, Fletcher y Seymour se lucen en la percusión y bajo, respectivamente, demostrando aquella creatividad que permaneció eclipsada parcialmente en sus tiempos con Clifford. Y claro, no podíamos olvidar al reconocido Van Hoen, que funge de productor y a la vez se encarga de la construcción de los diversos sonidos electrónicos.

Cabe destacar que el disco completo fue elaborado con la participación total de los cuatro integrantes (excelente trabajo grupal), incluso si se trata de material ajeno: me refiero a “Heart Of Glass”, original de Blondie, y que Scala transforma eficazmente para las pistas de baile actuales (aunque acá en Lima, como era de esperarse, pasó desapercibida).

¿Todavía se preguntan cómo suena Seefeel sin Clifford? Por supuesto que 100% a Scala. (Jaime Alfaro)

 

To You In Alpha
(Too Pure/Tokuma, 1998)

Único disco grabado para Too Pure Records (sin contar el Lips & Heaven EP, tampoco el Slide EP -totalmente recopilado aquí-), To You In Alpha arroja como resultado poco más de 45 minutos con temas de una atmósfera bien elaborada, y con un sonido más maduro por parte de los ex Seefeel+Mark Van Hoen. “Slide”, la primera canción, es la perfecta introducción al input de Scala, en el que mucho tiene que ver la magnífica voz de Sarah Peacock, quien muestra una mayor evolución interpretativa que en Beauty Nowhere. La música continúa con “Remember How To Breath”, que nos remite al sonido de los primeros Curve o a la propia Björk.

“17765744G (Excerpt)” es el primero de los tres temas instrumentales del To You… (poco más de un minuto), siendo un pequeño respiro para todo lo que el plástico nos tiene reservado. Precisamente en “Colt”, aparece el duro sonido de las guitarras bajo un efecto distorsionador proveniente de la voz de Peacock. En “Wires”, la música se apacigua, con la lenta percusión de Fletcher y una vez más la encantadora vocalización de Sarah. “Blank Narrow Shut” nos termina de convencer: estamos ante un gran trabajo. No puede ser de otro modo con ese mágico secuenciador, la perturbadora distorsión de la guitarra, y un clima atmosférico producto de los más que patentes efectos electrónicos.

A partir de “Eyes Alpha”, el disco entra en un clima melancólico, calmado, lleno de lúdicas melodías y sonidos, que continúan hasta “Palace”, penúltima canción. Esta parte nos muestra pasajes de suma belleza, sobretodo con “Be Together”  tal vez el mejor tema de este disco. Para finalizar, nos encontramos con un instrumental de dos minutos, en el que Fletcher nos regala un solo de percusión que es acompañado únicamente por una fuerte guitarra. Memorable. (Jaime Alfaro).

Compass Heart
(Touch Tone, 1998)

El gemelo freak del To You In Alpha (de hecho, ambos se lanzaron en simultáneo). Scala ahonda considerablemente su faceta experimental usando la guitarra tratada con un efecto que remite al material más tempranero de Seefeel, si bien la producción de Van Hoen es diametralmente opuesta (el electro más conspicuo inunda nuestros tímpanos desde “Honey Like”). Concedo que las vocales de la Peacock no andan revestidas de la fuerza de la que hicieran gala en el To You... o en Beauty Nowhere. Pero conforme avanza el láser, se tornan extrañamente conmovedoras, proveyendo a este Compass Heart de un contrapunto vívido para los muchos números verdaderamente siniestros que tiene el disco: la dilatada “Rid On”, una inquietante “Broken Down Beauty”, “Mahatma” y “Spread Your Wings And Fly”. A la altura del Beauty Nowhere (pero sin el gancho de aquel, claro). (Hákim de Merv)



RUIDO Y COLORISMO
Discografía De Disjecta

Disjecta 1.0: Looking For Snags Here
(Warp, 1995)

Mientras los desolados planos sonoros de ambient pop que dibujó Seefeel en Quique y Succour transformaban definitivamente la electrónica de los 90s (junto a otros nombres, claro está: el Gemelo, Autechre, Third Eye Foundation y un largo etcétera), y con el grupo madre iniciando su prolongada hibernación, Mark Clifford se da un tiempo para editar este impecable debut de su primer alias solista. Si nos atenemos a las declaraciones del propio autor sobre estas nuevas correrías, referidas a temas sin acabar y básicamente impulsadas por la entusiasta gente de Warp, habrá que sorprenderse en extremo ante esta nueva genialidad de la saga Clifford. Aunque algo desgarbado, el sonido del plástico es un acercamiento al ambient electrónico nacido en la intersección del aislacionismo y el industrial menos evidente. Un imaginario dominado por el misterio es el catalizador para que este demoledor Disjecta 1.0: Looking For Snags Here se deshaga en climas persecutorios (“Here”, que samplea la voz de Elizabeth Frazer -alargando la conexión con Cocteau Twins surgida después del Otherness EP-), imponentes zarabandas rítmicas de ultrajante diapasón (“Looking For Snags Here”, “K-Bop”, “Skeeze”), cinemáticas vibraciones explosivas de un solo acorde (TODO EL DISCO). Estilísticamente, Disjecta 1.0... concilia los descubrimientos de los dos volúmenes Selected Ambient Works del Twin, y precede por meses a las florituras erróneo-combinatorias de Oval (“Dormin”, “Focemaker”, “Alum Chine”). Ahora que voy escuchándolo por quinta vez seguida, los cuestionamientos no dejan de hacer presa en mí. ¿Por qué “#$%&/@ dejé que el polvo se acumulara sobre él, literalmente durante años? (Hákim de Merv)

Clean Pit And Lid Pit
(Warp, 1996)

Este segundo álbum de Disjecta es la prueba palmaria de los logros alcanzados por los post rockers en la pasada década. El primer track, “Gammi”, con sus percusiones y sus ambientes electrónicos es, qué duda cabe, una bella pieza hipnótica y hasta podría decirse ideológica; “Conviction Hic” repite el esquema pero con un aura diferente, aquí los sonidos son más intrigantes o enigmáticos. El disco nos muestra también una oda a Brian Eno titulada “Are You An Echo?”, además de otro tema que la haría linda en cualquier rave limeña como es “Kracht”. “Sudden Squeeze” también está hecha para bailar, pero su elaboración ha sido más original, con detalles que la emparentan con otros actos del sello Warp, como Autechre, Mira Calix, etc. Finalmente, hallamos fuerte influencia del Sleep With The Fishes (4AD, 1988) de Michael Brook y Pieter Nooten en un tema como “Is That Really It?”.

Clean Pit And Lid Pit es, pues, reflejo del furor extraterrestre que asaltó a la música más innovadora de los 90s, ya sea en la hecha a base de guitarras o, como en este caso, a la realizada a partir de aparatos electrónicos. (Wilder Gonzales Agreda)

True Love By Normal EP
(Polyfusia Records, 2003)

El último CD de Disjecta, editado por el sello del propio Mark Clifford, persiste en lograr, en mi opinión aún más que antes, el objetivo que viene persiguiendo desde la década anterior con su proyecto personal: a saber, la consecución de un sonido avezadamente vanguardista. Estos cuatro tracks que conforman True Love By Normal EP carecen de percusión, toda una novedad en la carrera del inglés. Son procesos digitales que crean atmósferas, francamente, de otro mundo. Si quieres una pista, podría decirse que True Love… EP está influenciado por los trabajos de los alemanes Microstoria, pero también encuentro en este Disjecta versión 2003 ecos super metamorfoseados del tema que abría el fundamental Quique de Seefeel –ya sabes, harto delay y repeticiones minimales-, lo cual lo hace fiel reflejo del cerebro de Mr. Clifford. Podría decirse además, como en el track final, “Feeding Buzz”, que este extended es un pequeño catálogo de sensaciones que, en el lejano futuro, los humanos encontraremos en la vida diaria, al lado de nueva tecnología y, claro, nuevos acompañantes. Todavía Mark Clifford está destinado a realizar grandes hazañas, puesto que, como vemos, talento le sobra. (Wilder Gonzales Agreda)

JUST SHOOT ME

Discografía de January

I Heard Myself In You
(Poptones, 2001)

El debut en 33 rpm de January, producido por Mads Bjerke (quien hiciera en paralelo lo propio, junto a Jason Pierce, para el Let It Come Down de Spiritualized), refuerza la impresión que nos dejara “All Time/I Heard Myself In You”, su single de 1999. January es una banda situada en la primera línea del pop artesanal, al lado de gente como los Arrogants o Pinkie, pero también involucrándose con grupos más de perfil bajo (como Silent Kids y Desolation Angels). Está bien, los muchachos no serán unos Belle & Sebastian o unos The Soundtrack Of Our Lives, ni tendrían por qué intentarlo: su indie pop ligerito es efectivo, no esconde mayores pretensiones, y tiene una melodía que, cuando realmente se inspira, mata sin compasión. Despuntes: “Through Your Skies”, la inmensa “I Heard Myself In You Part 2”, la extensa “Falling In” (cuya guitarra recuerda un poco al Pink Floyd de Gilmour), “Fused”. Asegura Clifford que Sarah Peacock está aquí en su elemento natural. Si es así, no se nota mucho, ya que quien lleva la voz cantante en I Heard Myself In You es Simon McLean, fluctuando entre Gerard Love (Teenage Fan Club) y el improbable registro de un Nick Drake barítono. ¿Se animarán a seguirla? (Hákim de Merv)

ASTILLADOS EN DULCES MELODÍAS
¿Y Sneakster?

Con Disjecta desactivado durante el período post Clean Pit And Lid Pit, y tras su efímero experimento Woodenspoon, estaba Mark Clifford ganoso de regresar al formato de banda, cuando la casualidad acudió en su ayuda de forma bastante curiosa. Una noche de 1999, en el Milk Bar de Londres, el artista conoció a Sophie Hinkley, vocalista de formación jazzera y timbre exquisito, en medio de una velada que sería a la larga beneficiosa para los dos. La química fluyó tan naturalmente entre ellos que, luego de esa noche, ambos músicos empezaron a escribir juntos el material para este nuevo proyecto.

Sneakster debuta ese mismo año en Bella Union (casa discográfica de los ex Cocteau Twins Robin Guthrie y nuestra bienamada Liz Frazer) con el EP Splinters. Apenas 20 días después, se publica su puesta de largo, Pseudo-Nouveau, que cocina en clave popera, y bajo parámetros a la medida de la frágil voz de la Hinkley (entre seductora y resignada), las mismas influencias manejadas por Clifford desde los días de Seefeel: dream pop, ambient minimalista, techno experimental. Ah, y una escurridiza dotación de trip-hop. La edición americana (Pseudo-Nouveau/Fifty-Fifty), lanzada un año más tarde, incluiría íntegramente el 50/50 EP, breve camping de remezclas que la dupla trabajara al alimón con Robin Guthrie (y que trae un tema nuevo, “Kinda Blue”).

Lamentablemente, ha sido el propio Clifford quien manifestó, en calidad de primicia exclusiva para esta revista, que el dúo ya fue. “¿Sneakster pertenece aún al catálogo de Bella Union o ahora es parte de Polyfusia Records?”. “Es parte de Bella Union. No haré nunca más otro disco de Sneakster”. (Hákim de Merv)




EL OTRO YO

COCTEAU TWINS

Otherness EP
(Capitol, 1995)

No recuerdo exactamente cuándo fue que esto de los remixes perdió el sentido original de su ser. Quiero decir, se supone que, en un principio, de lo que se trataba era de poner al agasajado patas arriba (head over heels, ja, ja), no de borrarlo. Si el cambio de status fue para bien o para mal, eso ya depende de cada uno. Yo pienso que fue para bien: el acto de remezclar a tu artista favorito se convierte en una excusa para desplegar un batallón de delirios electrónicos, rescatando del material original elementos tan pero tan pequeños, que el producto final es definitivamente otro tema.

En Otherness EP, Clifford recibe el encargo de viabilizar un efectivo contrapeso vanguardista para el hermosísimo acústico Twinlight EP (invitación con la que nuestro héroe se sintió muy honrado). Si exceptuamos el respetuoso mixing de “Cherry Coloured Funk” (del Heaven Or Las Vegas; el único detalle es que ha sido privada de toda percusión), veremos que el trabajo del ex Seefeel se basó más en una suplantación que en una reconstrucción. Tanto en “Feet-Like Fines” (del Victorialand) como en “Violaine” y “Seekers Who Are Lovers” (editadas un año más tarde en el testamental Milk & Kisses), las esquirlas repescadas de las tomas originales sólo cumplen un simbólico papel de tapizado dentro del contexto de los remixes. La sensibilidad oceánica del Mark devora los componentes primarios, y regurgita tres números rebosantes de ambient onomatopéyico que, curiosamente, no están reñidos con el clásico sonido Cocteau. Un pequeño fetiche para todos los públicos. (Hákim de Merv)



BONUS:

SEEFEEL - SEEFEEL (2011)

15 años después de su anterior álbum, (Ch-Vox), y Seefeel hacen un regreso sorprendente; No sólo con un álbum que reviva la shoetronica retrocediendo a su apogeo de mediados de los años noventa, pero con algo completamente nuevo y refrescante; en la opinión de este escucha su mejor álbum hasta la fecha!

'Seefeel' suena como el siguiente paso lógico en una estética que Succour estaba insinuando; (Ch-Vox) era más de una línea lateral dark ambient. Lo que siempre me ha gustado de Succour, especialmente en comparación con los discos de Too Pure, es que la belleza ostensible, que consistía predominantemente en la voz de Sarah, siempre fue compensada por un tono oscuro o presentimiento, impidiendo que las cosas se endulzaran o se tornaran solemnes... 'Seefeel', aunque en última instancia no tan siniestro como Succour, utiliza esta idea de una manera muy eficaz. El estilo en el que Seefeel ha evadido varios arquetipos de género como drones de acordes de guitarra y los reemplazó con brillantes explosiones de estática es una proeza atrevida e impresionante; es similar a la minería de los materiales para hacer melodías de fuentes menos obvias. Debe haber sido mucho más difícil de hacer, pero en última instancia, mucho más gratificante.

La verdadera originalidad es un producto escaso en la música en estos días; encontrar algo que suene rudimentariamente como cualquier cosa en su periferia musical es algo muy raro y precioso. El nuevo LP homónimo de Seefeel hace eso y no puedo recomendarlo lo suficiente! (Vephtode)

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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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